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¿Será bueno soñar?

Escribe tus sueños

Me imagino que estarás pensado: “Juli, te volviste loca”. Veamos: Quiero que por unos segundos cierres los ojos y pienses cuál o cuáles son tus sueños, con la premisa de que no hay límites para soñar.

¿Pudiste darte cuenta cuál es el tuyo? “Mi sueño sería viajar con mis amigas”, “mi sueño es recibirme de médico”, “sueño con tener una vida más tranquila”, “mi sueño sería cantar”, “sueño con patinar”, “me encantaría caminar todos los días”, “yo sueño con.., sueño, sueño….”  Me alegra muchos que tengas sueños.

Y si ahora te preguntara: “Genial, ¿y qué hiciste o estás haciendo para cumplirlos?” Y aquí es donde empieza a generarse el conflicto y entendemos por qué los llamamos simplemente “SUEÑOS”. Me podrías responder: “ya soy grande para hacerlo realidad”, “nunca tuve suerte, y esto es lo que tengo”, “la vida ya es muy difícil para complicarme soñando”, “es sólo una idea, mirá si voy a cantar” (viajar, cambiar las estructuras, cambiar de carrera, sólo ejemplos)… la lista puede ser infinita.

Esta clase de respuesta certifican el fin de las ilusiones, y nos hace quedarnos parados en el mundo de las certezas totalmente previsible.

Ahora me atrevo a pedirte que nuevamente cierres los ojos y pienses ¿es esa la clase de existencia que quieres vivir? Las grandes metas que pudimos tener de niños, de adultos nos parecen ingenuas. Son de tal envergadura, que les asignamos la etiqueta de “imposibles”.

Ahora te voy a contar mi opinión y experiencia con mis sueños; y por qué te aseguro que la etiqueta de “imposible” no existe en mi vida. Como varios sabrán soy abogada, y ese no era mi sueño, igualmente lo conseguí, y hasta me especialicé en Derecho Administrativo.

La realidad es que uno de mis sueños fue y es pintar, dibujar, compartir mi pasión con los demás, seguir aprendiendo, seguir buceando hasta encontrar mi estilo, no tener más dolores insoportables, y la lista sigue pero no quiero aburrirte. Y si estás leyendo esta carta quiere decir que algunos de mis sueños se empezaron a hacerse realidad. Y no porque tenga recursos económicos abultados para hacer lo que quiera, no por pertenecer a una familia “conocida” y con “contactos” que me abrieran las puertas, no no, nada de eso. Sí es cierto que la familia que construimos con Ricky, me banca en todas. Pero no fueron ellos los que comenzaron a pintar, a experimentar, no fueron ellos los que llenaban la casa de macetas pintadas a mano (así fueron los comienzos), no fueron ellos los que luego empezaron animarse y ponerle una cara y un nombre a este sueño.

Mi sueño, pasó a la realidad (y sólo en parte:  porque sigo soñando y a lo grande, mi cabeza no para), porque empecé a accionar, a trabajar por ello. Y todo fue muy de a poco, no crean que los sueños se hacen realidad de la noche a la mañana. Y así sigue siéndolo.

Para que tus sueños empiecen a concretarse es necesario trabajar para que eso ocurra, no se trata de un golpe de suerte: es trabajo duro, errores, frustraciones, varias lágrimas para luego lavarme la cara y seguir trabajando. ¡Y cuidado en este punto! No se trata de que el Universo, la ley de la atracción y todas esas pavadas que son muy peligrosas porque terminan haciéndote responsable a vos si las cosas no resultan. Por favor, no te enganches con esos engaños.

 Y si bien tengo una cabeza muy volátil, que divaga por mundos imaginarios, que vive pensando en nuevos proyectos; también soy una mujer muy concreta, organizada y disciplinada, características que me ayudaron mucho para transitar este camino. Si te dieron ganas de ver qué pasa si empiezas a trabajar por alguno de tus sueños, te comparto algo que hice, hago y seguiré haciéndolo: ESCRIBIR, sí escribir mi sueños, desarmarlo en partes para saber cómo y por dónde puedo empezar, qué voy a necesitar, qué tiempo le puedo dedicar, etc.  Y para esto sí se necesita ser totalmente realista con la situación de vida de cada uno: “mi vida ahora está así, bueno cómo puedo hacer esto?” Todos mis proyectos empiezan en un papel, y escritos a mano, les puedo asegurar que es muchísimo mejor. SOÑAR NO ESTÁ BUENO, si nos estancamos en la imaginación, en la queja, en la comparación, y no nos ponemos a trabajar para hacerlos realidad.

Entonces, te invito a que tomes una hoja en blanco y empieces a escribir todos tus sueños, aunque te parezcan totalmente disparatados, y luego enfócate en uno y hacé el ejercicio de desarmarlo e ir escribiendo todo, todo, todo lo que te parece que necesitarías para alcanzarlo.

“Llena el papel con cada latido de tu corazón” William Wordsworth

Te pido que no te olvides de soñar, de tener un propósito en tu vida, de trabajar en ello, y si tenes ganas de compartir tus sueños conmigo, me encantaría leerte.

Hasta la próxima carta!

Juli

3 comentarios de “¿Será bueno soñar?

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